martes, 29 de mayo de 2012

Tras las huellas de la batalla

¿Qué poderosa fuerza pudo vencer al instinto de conservación de aquellos orientales que avanzaron por diversos campos de batalla sin pensar en los proyectiles o los filos que pudieran detenerlos, en el fragor de la lucha por sus ideales?
Allí, muchos de ellos ofrendaron sus vidas como tributo a la independencia y a la identidad nacional. Hoy, esos sitios sagrados permanecen olvidados o apenas recordados por variopintos monolitos erigidos, la mayoría de las veces, lejos de su epicentro.
Desdibujados por la vegetación o simplemente ocultos bajo construcciones, ya no se perciben en ellos las huellas de las batallas, pero aún guardan en sus entrañas, a modo de cápsulas del tiempo, los objetos que podrían devolvernos la real dimensión del drama de aquellos seres sin nombre que combatieron para que el país fuera lo que es hoy.

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